El presidente del Consejo Europeo insta a reestructurar la deuda de Grecia

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Julia Suryakusuma.
Reuters
El presidente del Consejo Europeo se unió a la creciente lista de peticiones internacionales para que se garantice a Grecia una reestructuración de su deuda como parte de un nuevo acuerdo de de rescate si Atenas presenta nuevas propuestas de reformas convincentes para evitar una quiebra inminente.
La petición suponía un desafío indirecto para Alemania, el mayor acreedor de Grecia, que hasta ahora ha considerado ilegal cualquier quita de la deuda y ha ocupado una posición reticente a restructurarla para ayudar al país heleno a cumplir con sus pagos este año.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, estaba terminando de dar forma a un duro paquete de reformas en las pensiones y subidas de impuestos que enviará a las autoridades de la zona euro antes de medianoche, en una nueva carrera para asegurar un nuevo acuerdo para el fin de semana en el que sería el tercer rescate financiero para su país.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que presidirá una sesión especial del Eurogrupo el próximo domingo en la que se decidirá el futuro de Grecia, dijo que esperaba que los planes fueran concretos y realistas.
"Las propuestas realistas de Grecia deben ir acompañadas de una proposición igualmente realista sobre la sostenibilidad de su deuda por parte de sus acreedores. Sólo entonces tendremos una situación en la que todos salgan ganando", dijo. "En cualquier otro caso, seguiremos sumidos en el letargo en que hemos estado los últimos cinco meses", añadió.
Si no se alcanza un acuerdo el domingo, que incluiría entregar nuevas sumas de dinero a Atenas para que pueda cubrir el pago de las deudas que vencen en las próximas semanas, la situación podría desembocar en un colapso de los bancos griegos la semana que viene, dejando la economía en caída libre y catapultando al país fuera de la zona euro.
En tal caso, los 28 líderes de la UE debatirán una serie de medidas para limitar el daño que acarrearía el colapso de Grecia, como programas de ayuda humanitaria, controles fronterizos e iniciativas para mitigar el impacto en sus vecinos, según dijeron las autoridades de la UE.
La canciller alemana, Angela Merkel, dijo que no contemplaba ninguna quita, aunque no descartó otras formas de aliviar la deuda helena, como extender los vencimientos de deuda, reducir los tipos de interés o alargar el tiempo de los plazos de pago. 
La presidenta del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, y el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Jack Lew, dijeron el miércoles que la reestructuración de la deuda debía formar parte de cualquier solución viable que se alcanzara para mantener a Grecia en la zona euro.
Lagarde dijo que cualquier programa debía apoyarse en dos pilares.
"Uno son reformas significativas y consolidación fiscal (…) y el otro es la reestructuración de la deuda, que creemos que es necesaria en el caso particular de Grecia para que sea sostenible".
 
El nivel de incertidumbre de los próximos días quedó reflejado cuando el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, aireó algunas dudas en unas declaraciones muy inusuales sobre las posibilidades de rescatar a Grecia.
El diario italiano Il Sole 24 Ore citó al líder del BCE, criticado por Alemania por haber mantenido a flote la banca griega, diciendo que no estaba seguro de que se encontrase una solución para el país y que no creía que Rusia fuera a llegar al rescate de Atenas.
Cuando le preguntaron si se podría llegar a un acuerdo para salvar Grecia, Draghi dijo: "No lo sé, en este momento es realmente difícil".
El BCE está manteniendo operativos los maltrechos bancos griegos con un plan de liquidez de emergencia hasta el fin de semana. 
Incluso Francia, el mayor apoyo de Grecia en la zona euro, reconoció que estaba estudiando escenarios en los que el país abandonase la moneda única por si fracasan los intentos del fin de semana de llegar a un acuerdo.
Cumpliendo con el calendario, el gobierno izquierdista de Grecia, que solicitó formalmente el miércoles un crédito a tres años al Mecanismo Europeo de Estabilidad -el fondo de rescate europeo-, tiene hasta medianoche para presentar una propuesta de reforma detallada y convincente.
Tras ganar por mayoría un referéndum que rechazó los términos de un plan de rescate previo, el primer ministro heleno despidió a su polémico ministro de Finanzas y se aseguró el apoyo de los líderes de la oposición. Tsipras se encuentra ahora en una posición más fuerte para imponer nuevas medidas y enfrentarse a la resistencia que pueda encontrar en su país.
Pero, en una muestra de las dificultades con las que tendrá que lidiar, el líder del ala más radical de su partido Syriza habló para denunciar cualquier imposición de medidas duras a los griegos.
"No queremos añadir a los dos últimos rescates fallidos un tercero, de dura austeridad, que no ha traído ningún beneficio a este país", dijo el ministro de Energía, Panagiotis Lafazanis.
Según el diario local Kathimerini, Grecia está planeando un paquete de reformas que ahorraría 12.000 millones de euros en dos años, más de lo que se barajaba inicialmente para compensar una vuelta a la recesión tras meses de difíciles negociaciones con sus acreedores.
Un alto cargo del gobierno discutió las cifras, indicando que el paquete aún se estaba perfilando.
En lugar de crecer un 0,5 por ciento este año, los meses de incertidumbre y casi dos semanas de controles de capital suponen que "hay estimaciones de una recesión de cerca del 3 por ciento", dijo el periódico. El año pasado, Grecia salió de una profunda recesión que acabó con un cuarto de su economía en seis años.
Otro diario, el Naftemporiki, detalló lo que según aseguraba eran las propuestas de subidas de impuestos, que incluirían aumentar un 2 por ciento el impuesto de sociedades al 28 por ciento, un 3 por ciento el impuesto a los bienes de lujo hasta el 13 por ciento, subir el IVA para a la comida procesada, restaurantes, transporte y algunos servicios de sanidad privada del 13 al 23 por ciento, y a los hoteles de un 6,5 a un 13 por ciento.
La información aseguraba que las islas griegas seguirían disfrutando una serie de ventajas fiscales que los prestamistas del país pretendían erradicar. El diario aseguró que el paquete completo supondría un ahorro de entre 10.000 y 12.000 millones de euros.
Estas medidas podrían encontrarse con la resistencia de parte del ala más izquierdista de Syriza y de su socio menor en la coalición de gobierno, Griegos Independientes.
REUTERS
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